Sinopsis:

Ninguna chica podía resistírsele… hasta que la conoció.

Allie está en modo CRISIS. No sabe qué hacer con su vida, acaba de dejar a su novio y, en un momento de locura, se enrolla con Dean de Laurentis, el tío más guapo y más ligón del campus.

Hay que reconocer que no estuvo nada, nada mal. Pero lo último que necesita es liarse con un rompecorazones. Por mucho que Dean no esté dispuesto a quedar como «solo amigos». Por mucho que, cuando la vida da un giro de 180 grados, él sea el tío capaz de permanecer a su lado…

Reseña:

En esta tercera entrega de la saga Kiss me, Ellen Kennedy nos trae la historia de Dean y Allie, que ya conocemos de los libros anteriores.

En ella conoceremos mejor a Dean, del que solo sabíamos que es un mujeriego empedernido y que juega muy bien al hockey pero que no quiere dedicarse a ello. Y Allie, la mejor amiga de Hanna (protagonista del primer libro) y compañera de piso en la residencia de la universidad, de la que sabemos que tiene un novio que se llama Sean y que estudia arte dramático. Así que, en ese aspecto los personajes son poco menos que desconocidos, porque esconden muchos matices e intenciones en su interior.

La historia se desarrolla casi sin querer. Allie corta con Sean por milésima vez, en vez de quedarse en su piso busca refugio en casa del novio de Hannah, Garret. Pero allí, casualmente solo se encuentra Dean y dos mujeres desnudas. Después de dejar las cosas más o menos claras, las cosas entre ellos se complican más que un poco y a partir de esa noche ya nada vuelve a ser normal para ellos. Pero no solo la atracción que sienten el uno por el otro es el problema, ya que estan rodeados por amigos que no verán bien una relación entre ellos, una ruptura y los problemas familiares.

Es una historia que te engancha sin querer. No sabes como pero de pronto te descubres a las dos de la mañana sin ganas de aparcar la historia.
Dean esconde un encanto y una personalidad completamente distinta a la que nos tiene acostumbrada por las historias anteriores.
Y Allie a la que solo vimos como compañera y amiga de Hannah en el primer libro es toda una sorpresa. Tanto por como es ella en su personalidad como por la forma de afrontar los problemas que se le presentan en la vida.

Me esperaba un poco más de drama con lo de Sean, me quedé completamente en shock con el final del capítulo 29, me pareció un poco gratuito.

Me gustó que el momento drama no tuviese que ver con terceros en discordia ni malos entendidos. Sino con los propios personajes principales. La escena en la que se descubre todo el pastel me ha parecido perfecta y muy genial. Y tiene frases y momentos muy buenos y un final que te deja con la boca abierta. Eso si, pensando que Dean era un tipo un poco duro, me sorprendió encontrarme momentos muy ñoños. Ñoños pero bonitos.

Por eso y por un millón de detalles más se lleva unas resplandecientes cuatro estrellas. Intentaré leer el cuarto libro lo antes que pueda, hay mucho que explicar en ese final.

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