Sinopsis:

Dos vecinos. Un hombre, solo. Una mujer, solitaria. Y un muro que separa sus patios. A Silvana le molesta todo y la cuarentena no ayuda a ser menos intransigente con su vecino. Pero con el pasar de los días la necesidad hará que no tenga más remedio que acudir a Álvaro. Descubriendo que las personas necesitamos unas de otras, valorando la cercanía y logrando que se produzca un cambio en ella, ansiando un intercambio de sonrisas, un cruce de miradas, una caricia, un abrazo… Y cuando todo contacto está desaconsejado, todo eso llegará del modo más inesperado de la mano de él.

Reseña:

En esta historia Pintina Cuneo nos trae una situación del principio de la pandemia.

Silvana vive sola en su apartamento, está haciendo lo que puede para que el confinamiento no acabe con ella y con su salud mental. Pero está sola, no habla con nadie que no sea por su trabajo a través de vídeo conferencias. Y aunque intenta controlarse, el miedo y la ansiedad pueden con ella por momentos. Si además, la persona con la que compartes la medianera del patio se dedica a golpearla constantemente con lo que se le ocurra y hacer muchísimo ruido, los nervios y el dolor de cabeza se le agudizan.

Cansada de tanto golpe, Silvana decide ponerle solución de forma drástica y le lanza un jarro de agua fría por encima del muro a su vecino. Y por supuesto, al vecino eso no le sentará nada bien.

Es una historia cortita, se tarda una media hora en leerla, sobre como fueron aquellos días locos y llenos de ansiedad al principio de la cuarentena. La necesidad de entablar relación con aquellas personas que no conocías aunque vivieseis pared con pared, porque en las épocas anteriores no era necesario. Pero en ese momento tu vecino podría ser tu único aliado, amigo y soporte.

Es una historia muy entretenida, ligera pero que toca temas importantes de esos primeros días y semanas de incertidumbre. También se ve la individualidad antes de la pandemia y la necesidad de relacionarse con las personas que tenemos cerca, aunque sea a través de un muro.

Por eso y por infinidad de cosas más se lleva cuatro maravillosas estrellas. Me encanta la forma de narrar de esta autora y tengo pensado en breve leerme todo lo que ha publicado.

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