Recuerdo el verano que viajamos por la costa. Aquel pueblo del norte que festejaba el amor pagano.

La fría brisa del mar en contraste con la arena calentada por el Sol.

Los dos viendo ese mágico espectáculo…

La Luna y cada partícula estelar brillando en el cielo, pintándolo de mil colores.

Ese día me enamoré, pero no de ti, si no del cielo…

Foto: fotomundos (Germán fotógrafo)

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