Sinopsis:

Una mezcla perfecta de erudición y espíritu aventurero.

29 de mayo de 1525. Un peregrino es asesinado poco antes de llegar a la ciudad de Burgos; se trata de una más de un serie de extrañas muertes que se vienen produciendo en las diferentes etapas del Camino Francés. El arzobispo de Santiago le pide a Fernando de Rojas que se haga cargo de la investigación del caso.

El célebre pesquisidor tendrá que hacer el Camino de Santiago en pos de las huellas de los criminales y para ello contará con la ayuda de Elías do Cebreiro, clérigo y archivero de la catedral compostelana. En su recorrido se encontrarán con toda clase de retos y peligros, se adentrarán en lugares recónditos y misteriosos y conocerán a numerosos viajeros, cada uno con su secreto a cuestas.

Gracias a su cuidada ambientación histórica, esta novela muestra una cara inédita de la ruta jacobea en una época de gran turbulencia en la que la peregrinación está en entredicho a causa de los airados ataques de Lutero, los falsos peregrinos que se aprovechan de ella y las rivalidades entre aquellos que tratan de controlarla y sacar beneficio.

El manuscrito de barro no es solo una novela de intriga histórica llena de peripecia, conflictos y sorpresas. Es también un viaje en busca de la verdad y la transformación personal y una historia de amistad forjada en la dureza y las dificultades del Camino. Con ella el autor da un paso más allá en la senda iniciada con El manuscrito de piedra, con la que ha obtenido un extraordinario éxito de público y crítica.

Reseña:

En esta nueva aventura de pesquisidor real Fernando de Rojas realizaremos el Camino De Santiago, conociendo leyendas y el buen sentimiento que despierta a quien lo realiza.

Rojas vuelve a ser llamado para hacer de pesquisidor, esta vez por el arzobispo de Santiago, para solucionar unos asesinatos que se están cometiendo a lo largo del Camino De Santiago francés.
Pero aunque parece haber una pauta en las víctimas, nunca se está del todo seguro, además de que el camino lo hacen muchas personas al mismo tiempo y no se puede investigar a todo el mundo.
Así que Rojas tiene que ponerse a hacer el Camino De Santiago junto con un fraile de la mismísima catedral para encontrar al desalmado que está sesgando tantas vidas. Y es que se muere hasta el apuntador.

La verdad es que Rojas no tiene nada que investigar porque no hay investigación, solo unas pautas de las posibles víctimas que se descubren a través del camino. Hasta que llega a un punto y se descubre todo de casualidad.

En esta ocasión Fernando vuelve a contar con la ayuda de alguien con quien comentar sus deducciones, aunque a veces parece un poco bipolar, porque al mismo tiempo que odia al fraile, lo quiere con toda la amistad que le pueda ofrecer. Y por supuesto, aparece también el componente femenino, pero nada que ver con lo que sucede en los otros libros.

La forma de narrar y de transcurrir en la historia son similares a la de los libros anteriores. Este es más entretenido que el anterior. Pero para ser un libro de investigación, hay más bien ninguna.

Así que si estas esperando un libro de investigación, no lo vas a encontrar. Si hay muchas muertes, también hay firma del asesino, pero el caso ya estaba resuelto antes de que Rojas se pusiese manos a la obra, aunque ni él ni nosotros lo supiésemos. Si buscas uno de turismo sobre el camino en mil quinientos y pico, entonces este es tu libro.

Por eso y por muchos detalles más se lleva unas buenas tres estrellas. Si este fue mejor que el anterior, ¿el siguiente será tan bueno como los primeros? No lo sé, lo averiguaré cuando lo lea, que espero sea pronto.

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